Además de ser uno de los mayores virtuosos al violín de su tiempo, también fue violista, guitarrista y compositor.
Tenía oído absoluto y entonación perfecta.
Introdujo técnicas nuevas en el violín, como el staccato o pizzicato.
Empezó tocando la mandolina con su padre a los 5 años.
A los siete comienza a tocar el violín y es considerado virtuoso en 1813.
Se pensó que tenía relación con el diablo por su apariencia y lo adelantado a su época.
Era capaz de tocar con solo una cuerda del violín pasajes muy difíciles con cuatro.
Algunas de sus composiciones más destacadas son: 24 caprichos para violín solo, 6 conciertos, 9 cuartetos para guitarra y arcos, el Carnaval de Venecia, La danza de las brujas y Tarantella.